viernes, 9 de julio de 2010

Bruselas, recorriendo Bélgica, destino Brujas

Alquilamos un coche en Bruselas y carretera y manta rumbo a Brujas, pasando por Gante.
GANTE
Ciudad medieval que merece la pena ver. Nosotros aparcamos en el centro y dimos un pequeño paseo por sus calles y tiendecitas.
Gent como la llaman los flamencos, es un mundo aparte entre las ciudades históricas de Flandes. Sólo hay que asomarse al puente de San Miguel, que cruza el río Leie, para ver en el horizonte tres magníficos campanarios medievales y entrar en su catedral para admirar uno de los retablos flamencos más famosos del mundo.
Gante es una de las más bellas ciudades medievales de Europa con dos curiosos récords: la mayor cantidad de edificios históricos de Bélgica... y también de cervecerías (cerca de 300 en el mismo centro).


BRUJAS
Os imagináis estar en el castillo de La Bella y la Bestia, la torre de Rapunzel...toda ese ambiente mágico se encuentra en Brujas. Un paseo por Brujas es un viaje al pasado, un cuento de hadas hecho realidad.
Pasear por sus canales, sus edificios históricos, su aire romántico, te dejarán una huella inborrable en tu memoria. El casco histórico de Brujas fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
En el corazón de Brujas se encuentra en el Grote Markt o Plaza Mayor, rodeada por espléndidas fachadas como el Palacio Provincial, el salón de los tejidos o la Atalaya, símbolo de la libertad y de la autonomía de Brujas.
La verdad que pensaba poneros todo lo que podéis ver, pero es imposible en este lugar, de modo que tan sólo os digo que la recorráis entera, observando cada detalle, cada edificio, y disfrutando cada momento de esta experiencia única.
Os dejo fotos, que más vale una imagen que mil palabras, y en este caso es totalmente cierto.

Bruselas, año nuevo fuera de casa

Siempre hemos pasado el año nuevo en casita, con la familia, pero ese año (hará ya tres años, creo recordar) la intrépida de mi madre decidió pasar el año nuevo fuera, poro eso sí, todos juntitos y en familia.
Así que... rumbo a Bélgica, donde alquilaríamos un coche y llegaríamos a Holanda (le dedicaré entradas a parte, Amsterdam lo merece)

Como supondréis el frío era casi polar, apenas se nos veían los ojillos, porque entre gorros, bufandas, guantes y capas y capas de ropa. Pero ande yo caliente...
Bruselas no es especialmente bonita, pero merece la pena ver la Grand Place y por supuesto el archiconocido Manneken Pis, y para quien le guste la ciudad cuenta con unos 90 museos!

Empecemos por una pequeña guía de que ver en Bruselas:
La Grand Place: tuvimos mucha suerte de ir en esta época y poder verla decoradita para la Navidad, llena de luces de colores y con música clásica a todas horas. Fue precioso. Es la plaza principal de Bruselas, aquí podemos ver el ayuntamiento, y se considera una auténtica joya arquitectónica.


Manneken Pis: el súper famosísimo niño meón de Bruselas. ¿Sabías que existe la niña, Jeanneken Pis? Para quien le interesa está en una calle paralela a la Grand Place, la que sale de la esquina de una chocolatería que hace esquina y es espectacular.


Parque del Cincuentenario: el mayor pulmón de la capital belga. A parte de ser un parque preciosos está lleno de museos, pero lo que más llama la atención es el arco del triunfo (inspirado en el de París) que lo corona.

Palacio Real: es la residencia oficial de los reyes. Nosotros no pudimos entrar a ver el interior, ya que no abre todos los días, pero por lo que me han dicho es de una riqueza y un lujo tremendos.

Atomium: impresionan sus nueve átomos aumentados 150 billones de veces, sus 102 metros de altura y sus 2.400 toneladas de peso. Construido con motivo de la Exposición Universal de 1958, fueron necesarios 15.000 trabajadores durante tres años para finalizar el monumento.
Se encuentra a las afueras de la ciudad, en el barrio de Heizel, junto al estadio de fútbol y al parque Mini-Europe, que alberga representaciones en miniatura, en proporción de 25/1 de los símbolos más característicos del continente. Se puede entrar dentro, pero la entrada es algo cara y nosotros preferimos verlo por fuera.


La ciudad cuenta con cantidad de edificios institucionales espectaculares, según vas pasaeando van apareciendo, de la misma forma que los museos.
Nosotros vimos un poco lo general que os he contado y luego decidimos hacer excursiones a los alrededores.

La calle donde os decía que se encuentra la "niña meoncilla" es una calle súper animada de la capital, con infinidad de bares, restaurantes, gente...aquí podréis degustar la especialidad belga, los mejillones, los tenéis de mil tipos, así que os dejo pensando por cual os decidiríais.
Ah! Y deleitaros con el chocolate belga (Godiva)!