viernes, 9 de julio de 2010

Bruselas, año nuevo fuera de casa

Siempre hemos pasado el año nuevo en casita, con la familia, pero ese año (hará ya tres años, creo recordar) la intrépida de mi madre decidió pasar el año nuevo fuera, poro eso sí, todos juntitos y en familia.
Así que... rumbo a Bélgica, donde alquilaríamos un coche y llegaríamos a Holanda (le dedicaré entradas a parte, Amsterdam lo merece)

Como supondréis el frío era casi polar, apenas se nos veían los ojillos, porque entre gorros, bufandas, guantes y capas y capas de ropa. Pero ande yo caliente...
Bruselas no es especialmente bonita, pero merece la pena ver la Grand Place y por supuesto el archiconocido Manneken Pis, y para quien le guste la ciudad cuenta con unos 90 museos!

Empecemos por una pequeña guía de que ver en Bruselas:
La Grand Place: tuvimos mucha suerte de ir en esta época y poder verla decoradita para la Navidad, llena de luces de colores y con música clásica a todas horas. Fue precioso. Es la plaza principal de Bruselas, aquí podemos ver el ayuntamiento, y se considera una auténtica joya arquitectónica.


Manneken Pis: el súper famosísimo niño meón de Bruselas. ¿Sabías que existe la niña, Jeanneken Pis? Para quien le interesa está en una calle paralela a la Grand Place, la que sale de la esquina de una chocolatería que hace esquina y es espectacular.


Parque del Cincuentenario: el mayor pulmón de la capital belga. A parte de ser un parque preciosos está lleno de museos, pero lo que más llama la atención es el arco del triunfo (inspirado en el de París) que lo corona.

Palacio Real: es la residencia oficial de los reyes. Nosotros no pudimos entrar a ver el interior, ya que no abre todos los días, pero por lo que me han dicho es de una riqueza y un lujo tremendos.

Atomium: impresionan sus nueve átomos aumentados 150 billones de veces, sus 102 metros de altura y sus 2.400 toneladas de peso. Construido con motivo de la Exposición Universal de 1958, fueron necesarios 15.000 trabajadores durante tres años para finalizar el monumento.
Se encuentra a las afueras de la ciudad, en el barrio de Heizel, junto al estadio de fútbol y al parque Mini-Europe, que alberga representaciones en miniatura, en proporción de 25/1 de los símbolos más característicos del continente. Se puede entrar dentro, pero la entrada es algo cara y nosotros preferimos verlo por fuera.


La ciudad cuenta con cantidad de edificios institucionales espectaculares, según vas pasaeando van apareciendo, de la misma forma que los museos.
Nosotros vimos un poco lo general que os he contado y luego decidimos hacer excursiones a los alrededores.

La calle donde os decía que se encuentra la "niña meoncilla" es una calle súper animada de la capital, con infinidad de bares, restaurantes, gente...aquí podréis degustar la especialidad belga, los mejillones, los tenéis de mil tipos, así que os dejo pensando por cual os decidiríais.
Ah! Y deleitaros con el chocolate belga (Godiva)!

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