jueves, 2 de septiembre de 2010

Marrakech, sus costumbres, sus comidas, sus vidas

Nada más llegar la sensación de inseguridad fue tremenda, te sientes observada, distinta. Pero poco a poco te acostumbras y te das cuenta de que el país es seguro.
Empiezas a ver a las mujeres con los pañuelos, sólo hombres por las noches... pero esto es la esencia de Marruecos, su cultura, su religión y su encanto.
Lo del pañuelo... se ve de todo, las chicas jóvenes ya no lo llevan en su mayoría, pero las adultas sí, desde pañuelos en la cabeza que las tapa el pelo hasta burkhas que las tapan enteras y llevan guantes y todo para que no se las pueda ver nada.

La moneda, es el Dirham, os recomiendo cambiar allí, siempre os ofrecerán mejor cambio, y hay un montón de tiendecitas para cambiar. Para que os hagáis una idea 10 dirham son 1 euro, aunque podéis llegar a cambiar hasta a 11 con algo.

Sigamos con las delicias culinarias marroquís, el famoso cous - cous, a base de sémola, verduras y carne (el de pollo está muy bueno)

Aunque este plato puede degustarse en España, de modo que me incliné más a probar cosas diferentes, como el tajine o la pastela.
El tajine es el recipiente de barro donde se cocinan ciertos guisos, pueden ser guisos de carne picada (buenísimo), de pollo, de pescado, ¿de paloma?! jejeje, el último no le probé.
La pastela es un hojaldre crujiente, adornado con azúcar, almendras y canela, pero no es dulce, ya que está relleno de pollo especiado muy muy rico, probadlo!!!

Un manjar en Marruecos es el pescado, es súper fresco, y se come con las manos!! me encantó la sensación de comer de esta forma, sabe diferente.
En la plaza Jemma El Fna hay muchos puestecitos de noche, da un poco de reparo ponerte a cenar ahí, entre la suciedad, el jaleo y que te sientes extraña. Pero fue la mejor experiencia que tuve en Tánger, cenar pescado con las manos en la plaza en un puestecito sentados, con patatas fritas y sopa de tomate (todo con las manos, imaginaros la sopa...) y para terminar un zumo de naranja de otro puesto, son una maravilla.

Y termino con algo que realmente me llamó la atención, sea la hora que sea, verás hombres en la calle, parados, sin hacer nada, mirando el panorama. Y así pueden estar horas (exceptuando cuando se llama al rezo, cinco veces diarias, que cada uno reza un poco donde le pille), la verdad que trabajar como tal...no se trabaja mucho!! jejeje

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