miércoles, 6 de octubre de 2010

Tánger, la playa marroquí

Como Marrakech me dejó muy buen sabor de boca, he aprovechado 4 días para ir a Tánger y alrededores.
La verdad que he tenido una ventaja muy importante, ir con un amigo de allí, lo que ha facilitado el viaje una barbaridad.
Nos recogió en el aeropuerto de allí y nos llevó a nuestro hotel, metido en la playa. Me llamó mucho la atención la playa de 13 kilómetros que tienen, el color transparente del agua, la arena blanca, la anchura de la costa... la verdad es que es una pasada.
Lo primero que vamos a recorrer es el Cabo Espartel, con la gruta de Hércules. Dicen que Hércules se refugió aquí un tiempo y por eso se llama así. Es increíble ver lo que es capaz de hacer el mar enfurecido, que forma tienen las rocas, y lo más impactante es que la gruta ha adoptado la forma de África al revés (es súper curioso)
Me sorprendió ver los "chiringuitos" en la zona de la gruta, donde hacían sardinas, pescaban...y justo nos pilló la puesta de sol, ¿se puede pedir más?


Para llegar a la gruta en coche vas desde Tánger al cabo por la zona de la Casa real y las grandes riquezas de Marruecos. No se ve mucho porque todas las casas tienen muros y árboles que tapan casi la totalidad de las mansiones, pero te haces una idea de la riqueza que hay en esta zona.
Mi amigo marroquí dice que Tánger no es nada pobre, que hay mucho dinero, pero ya se han acostumbrado a lo de "no tengo", pero el que menos tiene posee una casita de tres plantas donde vive toda la familia (es su cultura, que vamos a hacer!)

Seguimos con las mezquitas, hay muchísimas, que llaman al rezo cinco veces al día. Pero no pudimos ver ninguna, ya que la única mezquita donde podemos entrar los no musulmanes está en Casablanca.


Vimos también el colegio español, las embajadas...pero nada importante que comentar, son edificios cuadrados, blancos que no dicen mucho.

El zoco, el chico y el grande, puedes encontrar desde babuchas, chilabas, cualquier cosa artesana de cuero, lámparas, juegos de té, especias...es curioso pasear por estos mercados, con su olor, sus colores, y tratar de regatear todo lo que puedas (aunque por mucho que bajes el precio siempre saldrás perdiendo)

Os recomiendo encarecidamente comer pescado, es exquisito y súper fresco, y hay un montón de restaurantes donde podéis ir a degustarlo.

Y mi última recomendación, si queréis cous-cous tiene que ser viernes, que es el día importante para ellos y cocinan esta comida típica, que yo me quedé con las ganas!!

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