martes, 11 de mayo de 2010

Dublín, adentrándonos en tierras verdes

Siempre que viajo me gusta hacer alguna excursión a algún sitio curioso, con encanto especial, que esté cerquita.
En Irlanda le tocó el turno al valle de Glendalough, las montañas de Wicklow y al pueblo de KilKenny.
Es una excursión bastante típica, osea que podéis encontrarla con mucha facilidad en cualquier empresa de turismo irlandesa que organice excursiones por el país.

Glendalough
Glendalough es conocido como el valle de los dos lagos, que es una idílica parte del país. Es indudable que es una de las imágenes más espectaculares de las montañas de Wicklow.


En Glendalough se encuentra uno de los más importantes monasterios en ruinas de Irlanda. Las ruinas que tiene son tanto de un monasterio, una torre, una catedral, varias iglesias y por supuesto un cementerio (me sorprendió que en Irlanda los cementerios estén en los patios de las Iglesias totalmente a la vista en el medio del pueblo)


De camino al pueblo de KilKenny pasamos por las montañas de Wicklow, la verdad que son impresionantes.


Kilkenny
La ciudad está cruzada por dos ríos sobre los que penden puentes que ofrecen las mejores instantáneas de Kilkenny.
Las calles confluyen formando el casco histórico, donde en cada rincón quedan restos de las murallas que protegían la ciudad.
Podemos ver gran cantidad de edificios preciosos, no es necesario llevar una ruta prefijada, ya que es un pueblo muy chiquitito, y mientras vas paseando apareceran las maravillas de las que os hablo.

Podemos ver el Castillo de Kilkenny, la Catedral de San Canice, la iglesia gótica Black Abbey, la universidad... es un pueblo que te transporta al pasado de una forma que no quieres volver al presente.

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